miércoles, 23. febrero 2011
Oración y guía
“Ya se acerca el fin de todas las cosas. Por eso, sed juiciosos y dedicaos seriamente a la oración” (1 Pedro 4, 7). “Dejad todas vuestras preocupaciones a Dios, porque él se interesa por vosotros” (1 Pedro 5, 7).
“Manteneos constantes en la oración” (Col. 4, 2).

Dios quiere que hablemos con él, porque él se interesa por nosotros. Es importante tener esa comunión ya que el mundo no nos puede dar nada. Tenemos que confiar en Dios. “Maldito el hombre que confía en el hombre”. Y tomar la en serio la oración. Quizás sería mejor dicho tomar a Dios en serio. “Porque los que de veras adoran al Padre lo harán conforme al Espíritu de Dios y a la verdad” (Juan 4, 23).

La guía para saber si estamos en camino correcto o erróneo es tener una conciencia tranquila y que la paz de Cristo dirija nuestro corazón. Cuida tu corazón como aguas claras y protege tu cabeza. Me gusta esta imagen de las aguas claras, porque fácilmente se notan las impurezas en estas aguas limpias. Ponte el yelmo, que es la salvación. “Portaos de tal modo que tengáis tranquila la conciencia” (1 Pedro 3, 16).

“Que la paz de Cristo dirija vuestros corazones” (Col. 3, 15). ¿Pero cómo puedo dejar que la paz de Cristo esté y dirija mi corazón? Vemos que la Biblia nos da la respuesta en el versículo siguiente. “El mensaje de Cristo esté siempre presente en vuestro corazón”
(Col. 3, 16). Para tener el mensaje de Cristo siempre presente en nuestros corazones podemos “hablarnos unos a otros con salmos, himnos y cantos espirituales, y cantando y alabando de todo corazón al Señor. Dando siempre gracias a Dios Padre por todas las cosas, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo” (Ef. 5, 19-20) e “instruyéndonos y animandonos unos a otros con toda sabiduría” (Col. 3, 16).

Dios quiere bendecirnos. Pero nosotros no nos dejamos bendecir. ¿Porqué? Porque no esperamos en Dios y no escuchamos su voz. “Estad quietos, y conoced que yo soy Jehova” (Salmos 46, 11). Muchas veces no esperamos el tiempo y pensamos que Dios es malo y no nos quiere dar las cosas. Justo al contrario. Él quiere que confiemos en Él y que
recibamos las cosas de su mano a su tiempo. Si nosotros tomamos lo que queremos lo hacemos con fuerza y con ello viene el dolor. Si no podemos esperar es como decirle a Dios: “Mira la verdad es que no creo que me amas y me darás lo que anhelo. Yo lo consigo por mi parte y no pasará nada”. Dios no es un tirano.

... comment